Busco una calle muerta para mi poca fe.
La calle tiene un nombre que ahora no recuerdo
porque en un mismo sueño lo supe y lo olvidé.
La calle es como un niño que por la vez primera
busca sin esperanza un juguete perdido.
Su manera de hablar fue antaño mi manera
y su cabeza rubia, yo tambien la he tenido.
Tristeza de domingo. La soledad me agobia
y de improviso siento la pena singular
de que,sin conocerla, yo he tenido una novia
que en este mismo instante me ha dejado de amar.
La calle se ha llenado de parejas furtivas...
Un ómnibus vacio compendia mis dolores,
y siento que las únicas manos caritativas
son las manos de bronce que hay en los llamadores.