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jueves, 25 de febrero de 2010
Estrella hija de estrella , Vicene Huidobro
Había signos en el aire
Había presagios en el cielo
Tenía que brotar la gracia de repente
Con sus pasos de gloria
Con todos sus gérmenes sagrados
Con su aliento de vida o muerte.
Venía la belleza de quién sabe donde
Venía hacía mis ojos
Con su andar de planeta seguro de su tiempo...
Es la ley misteriosa que de pronto se encarna
Y se hace realidad en un instante.
El azar se presenta
Con todas sus fuerzas invencibles
El azar con sus constelaciones desatadas
Que súbito se anudan
Para cumplir con un destino en las piedras lentas
El aire vibra de los sonidos de la vieja flauta
Una dulce amistad ha nacido en el mundo
Acaso un gran peligro se yergue de su noche.
La voz de un hombre dice Estrella
Y tiembla como una estrella
El viento pasa y el azul amado
Deja caer su aroma
Para ungir las cabezas señaladas.
Ahí viene sobre dos pies alados
Envuelta de música de nardos y de bosques
La gracia y la belleza
Entre los ruidos de las calles
Sobre sus pies alados
Aparece de pronto entre los hombres y las casas
Y todo cae en el vacío.
Los ruidos, las casas y las calles
Como las ropas de una mujer que se desnuda
Sólo tú quedas en el mundo
Sólo tu cuerpo como una flor inmensa
Que llena de universo.
¡Oh tierra cómo te has hecho bella en un instante!
Dos miradas se cruzan
Y canta un árbol nuevo
Dos manos se entrelazan
Dos anhelos se encuentran
Dos angustias se hablan en secreto
¿Por qué, razón?
Solo los signos y el azar lo saben.
Dos corazones reconocen un impulso ciego
Y el camino que se abre al infinito.
Un hombre dice estrella
Y hay un temblor en los espacios
Un hombre dice Mar
Y las olas se agrandan satisfechas
Un hombre dice Selva
Y los árboles comprenden su deber milenario
Un hombre dice Viento
Y todo se agita hasta la muerte.
Estrella yo no te pido tu destino
Ni exijo, mas aroma a la flor de la tarde
Yo quiero solo una amistad de anchas orillas
Un gran río profundo
Que embruje mi país
Y haga cantar las aguas dormiladas
Que siempre creen olvidar su vida.
La calle del azar
El punto mismo
Donde se encuentran los designios.
Los ojos se adivinan
Se entornan suaves
Saben que juntos van a mirar las cosas
Los labios se presienten
Palpitan como flores que empiezan la jornada
¿Son besos? ¿Son palabras?
¿Es un cambio de ideas a través de los años?
Por qué llegas tan tarde a mi jardín
Por qué no apresuraste la marcha en las tinieblas?
¿Con qué derecho el tiempo
Separa la flor del árbol que era suyo?
¿Por qué pone distancias en los años?
¿No sabes que este trozo de tierra te aguardaba
Cansado de cantar y de llamarte?
Yo te había elegido
Como la tierra el árbol de su gracia
Como el naufragio al barco más amado
Esto es grande y es triste
Porque no hay modo de cambiar los signos
Mi exaltación acaso te asustaba
Ella era real como las tempestades
Perdona lo que venga y es que ya ha nacido
No es culpa mía si el destino habla
Entre el cielo y la tierra
Hay algo grande que comienza
Tierra y cielo sienten temblar las rocas y las nubes
Cielo y tierra son cómplices del sueño
Y sus pájaros nacientes sin permiso.
¿Serás mi estrella
Entre la vida y la muerte sorprendida?
Ven hacia mi más mía que mis huesos
Ven entre mirtos y mármoles profundos
¡Oh cuerpo del ritmo eterno!
¡Oh la amistad de músicas y cielos infinitos!
¡Oh belleza del mundo!
Permíteme acordarme de mí mismo.
Había presagios en el cielo
Tenía que brotar la gracia de repente
Con sus pasos de gloria
Con todos sus gérmenes sagrados
Con su aliento de vida o muerte.
Venía la belleza de quién sabe donde
Venía hacía mis ojos
Con su andar de planeta seguro de su tiempo...
Es la ley misteriosa que de pronto se encarna
Y se hace realidad en un instante.
El azar se presenta
Con todas sus fuerzas invencibles
El azar con sus constelaciones desatadas
Que súbito se anudan
Para cumplir con un destino en las piedras lentas
El aire vibra de los sonidos de la vieja flauta
Una dulce amistad ha nacido en el mundo
Acaso un gran peligro se yergue de su noche.
La voz de un hombre dice Estrella
Y tiembla como una estrella
El viento pasa y el azul amado
Deja caer su aroma
Para ungir las cabezas señaladas.
Ahí viene sobre dos pies alados
Envuelta de música de nardos y de bosques
La gracia y la belleza
Entre los ruidos de las calles
Sobre sus pies alados
Aparece de pronto entre los hombres y las casas
Y todo cae en el vacío.
Los ruidos, las casas y las calles
Como las ropas de una mujer que se desnuda
Sólo tú quedas en el mundo
Sólo tu cuerpo como una flor inmensa
Que llena de universo.
¡Oh tierra cómo te has hecho bella en un instante!
Dos miradas se cruzan
Y canta un árbol nuevo
Dos manos se entrelazan
Dos anhelos se encuentran
Dos angustias se hablan en secreto
¿Por qué, razón?
Solo los signos y el azar lo saben.
Dos corazones reconocen un impulso ciego
Y el camino que se abre al infinito.
Un hombre dice estrella
Y hay un temblor en los espacios
Un hombre dice Mar
Y las olas se agrandan satisfechas
Un hombre dice Selva
Y los árboles comprenden su deber milenario
Un hombre dice Viento
Y todo se agita hasta la muerte.
Estrella yo no te pido tu destino
Ni exijo, mas aroma a la flor de la tarde
Yo quiero solo una amistad de anchas orillas
Un gran río profundo
Que embruje mi país
Y haga cantar las aguas dormiladas
Que siempre creen olvidar su vida.
La calle del azar
El punto mismo
Donde se encuentran los designios.
Los ojos se adivinan
Se entornan suaves
Saben que juntos van a mirar las cosas
Los labios se presienten
Palpitan como flores que empiezan la jornada
¿Son besos? ¿Son palabras?
¿Es un cambio de ideas a través de los años?
Por qué llegas tan tarde a mi jardín
Por qué no apresuraste la marcha en las tinieblas?
¿Con qué derecho el tiempo
Separa la flor del árbol que era suyo?
¿Por qué pone distancias en los años?
¿No sabes que este trozo de tierra te aguardaba
Cansado de cantar y de llamarte?
Yo te había elegido
Como la tierra el árbol de su gracia
Como el naufragio al barco más amado
Esto es grande y es triste
Porque no hay modo de cambiar los signos
Mi exaltación acaso te asustaba
Ella era real como las tempestades
Perdona lo que venga y es que ya ha nacido
No es culpa mía si el destino habla
Entre el cielo y la tierra
Hay algo grande que comienza
Tierra y cielo sienten temblar las rocas y las nubes
Cielo y tierra son cómplices del sueño
Y sus pájaros nacientes sin permiso.
¿Serás mi estrella
Entre la vida y la muerte sorprendida?
Ven hacia mi más mía que mis huesos
Ven entre mirtos y mármoles profundos
¡Oh cuerpo del ritmo eterno!
¡Oh la amistad de músicas y cielos infinitos!
¡Oh belleza del mundo!
Permíteme acordarme de mí mismo.
Días y noches te he buscado , Vicene Huidobro
Días y noches te he buscado
Sin encontrar el sitio en donde cantas.
Te he buscado por el tiempo arriba y por el río abajo.
Te has perdido entre las lágrimas.
Noches y noches te he buscado
Sin encontrar el sitio en donde lloras
Porque yo sé que estás llorando.
Me basta con mirarme en un espejo
Para saber que estás llorando y me has llorado.
Sólo tú salvas el llanto
Y de mendigo oscuro
Lo haces rey coronado por tu mano
Sin encontrar el sitio en donde cantas.
Te he buscado por el tiempo arriba y por el río abajo.
Te has perdido entre las lágrimas.
Noches y noches te he buscado
Sin encontrar el sitio en donde lloras
Porque yo sé que estás llorando.
Me basta con mirarme en un espejo
Para saber que estás llorando y me has llorado.
Sólo tú salvas el llanto
Y de mendigo oscuro
Lo haces rey coronado por tu mano
Balada de lo que no vuelve , Vicene Huidobro
Venía hacia mí por la sonrisa
Por el camino de su gracia
Y cambiaba las horas del día
El cielo de la noche se convertía en el cielo del amanecer
El mar era un árbol frondoso lleno de pájaros
Las flores daban campanadas de alegría
Y mi corazón se ponía a perfumar enloquecido.
Van andando los días a lo largo del año
¿En dónde estás?
Me crece la mirada
Se me alargan las manos
En vano la soledad abre sus puertas
Y el silencio se llena de tus pasos de antaño
Me crece el corazón
Se me alargan los ojos
Y quisiera pedir otros ojos
Para ponerlos allí donde terminan los míos
¿En dónde estás ahora?
¿Qué sitio del mundo se está haciendo tibio con tu presencia?
Me crece el corazón como una esponja
O como esos corales que van a formar islas
Es inútil mirar los astros
O interrogar las piedras encanecidas
Es inútil mirar ese árbol que te dijo adiós el último
Y te saludará el primero a tu regreso
Eres sustancia de lejanía
Y no hay remedio
Andan los días en tu busca
A qué seguir por todas partes la huella de sus pasos
El tiempo canta dulcemente
Y si mis ojos os dicen
Cuánta vida he vivido y cuánta muerte he muerto
Ellos podrían también deciros
Cuánta vida he muerto y cuánta muerte he vivido.
¡Oh mis fantasmas! ¡Oh mis queridos espectros!
La noche ha dejado noche en mis cabellos
¿En dónde estuve? ¿Por dónde he andado?
¿Pero era ausencia aquella o era mayor presencia?
Cuando las piedras oyen mi paso
Sienten una ternura que les ensancha el alma
Se hacen señas furtivas y hablan bajo:
Allí se acerca el buen amigo
El hombre de las distancias
Que viene fatigado de tanta muerte al hombro
De tanta vida en el pecho
Y busca dónde pasar la noche.
Heme aquí ante vuestros limpios ojos
Heme aquí vestido de lejanías
Atrás quedaron los negros nubarrones
Los años de tinieblas en el antro olvidado
Traigo un alma lavada por el fuego
Vosotros me llamáis sin saber a quién llamáis
Traigo un cristal sin sombra, un corazón que no decae
La imagen de la nada y un rostro que sonríe
Traigo un amor muy parecido al universo
La poesía me despejó el camino
Ya no hay banalidades en mi vida
¿Quién guió mis pasos de modo tan certero?
Mis ojos dicen a aquellos que cayeron
Disparad contra mí vuestros dardos
Vengad en mí vuestras angustias
Vengad en mí vuestros fracasos
Yo soy invulnerable
He tomado mi sitio en el cielo como el silencio.
Los siglos de la tierra me caen en los brazos
Yo soy amigos el viajero sin fin
Las alas de la enorme aventura
Batían entre inviernos y veranos
Mirad cómo suben estrellas en mi alma
Desde que he expulsado las serpientes del tiempo oscurecido.
¿Cómo podremos entendernos?
Heme aquí de regreso de donde no se vuelve
Compasión de las olas y piedad de los astros
¡Cuánto tiempo perdido! Este es el hombre de las lejanías
El que daba vuelta las páginas de los muertos
Sin tiempo, sin espacio, sin corazón, sin sangre
El que andaba de un lado para otro
Desesperado y solo en las tinieblas
Solo en el vacío
Como un perro que ladra hacia el fondo de un abismo.
¡Oh vosotros! ¡Oh mis buenos amigos!
Los que habéis tocado mis manos
¿Qué habéis tocado?
Y vosotros que habéis escuchado mi voz
¿Qué habéis escuchado?
Y los que habéis contemplado mis ojos
¿Qué habéis contemplado?
Lo he perdido todo y todo lo he ganado
Y ni siquiera pido
La parte de la vida que me corresponde
Ni montañas de fuego ni mares cultivados
Es tanto más lo que he ganado que lo que he perdido
Así es el viaje al fin del mundo
Y esta es la corona de sangre de la gran experiencia
La corona regalo de mi estrella
¿En dónde estuve, en dónde estoy?
Los árboles lloran, un pájaro canta inconsolable
Decid, ¿quién es el muerto?
El viento me solloza
¡Qué inquietudes me has dado!
Algunas flores exclaman
¿Estás vivo aún?
¿Quién es el muerto entonces?
Las aguas gimen tristemente
¿Quién ha muerto en estas tierras?
Ahora sé lo que soy y lo que era
Conozco la distancia que va del hombre a la verdad
Conozco la palabra que aman los muertos
Este es el que ha llorado el mundo el que ha llorado resplandores.
Las lágrimas se hinchan, se dilatan
Y empiezan a girar sobre su eje
Heme aquí ante vosotros
Cómo podremos entendernos
Cómo saber lo que decimos
Hay tantos muertos que me llaman
Allí donde la tierra pierde su ruido
Allí donde me esperan mis queridos fantasmas
Mis queridos espectros
Miradme, os amo tanto pero soy extranjero
¿Quién salió de su tierra
Sin saber el hondor de su aventura?
Al desplegar las alas
El mismo no sabía qué vuelo era su vuelo.
Vuestro tiempo y vuestro espacio
No son mi espacio ni mi tiempo
¿Quién es el extranjero? ¿Reconocéis su andar?
Es el que vuelve con un sabor de eternidad en la garganta
Con un olor de olvido en los cabellos
Con un sonar de venas misteriosas
Es este que está llorando el universo
Que sobrepasó la muerte y el rumor de la selva secreta
Soy impalpable ahora como ciertas semillas
Que el viento mismo que las lleva no las siente
Oh poesía, nuestro reino empieza.
Este es aquel que durmió muchas veces
Allí donde hay que estar alerta
Donde las rocas prohíben la palabra
Allí donde se confunde la muerte con el canto del mar
Ahora vengo a saber que fui a buscar las llaves
He aquí las llaves
¿Quién las había perdido?
¿Cuánto tiempo ha que se perdieron?
Nadie encontró las llaves perdidas en el tiempo y en las brumas
¡Cuántos siglos perdidas!
Al fondo de las tumbas
Al fondo de los mares
Al fondo del murmullo de los vientos
Al fondo del silencio
He aquí los signos
¡Cuánto tiempo olvidados!
Pero entonces, amigo, ¿qué vas a decirnos?
¿Quién ha de comprenderte? ¿De dónde vienes?
¿En dónde estabas? ¿En qué alturas, en qué profundidades?
Andaba por la historia del brazo con la muerte
Oh hermano, nada voy a decirte
Cuando hayas tocado lo que nadie puede tocar
Más que el árbol te gustará callar.
Por el camino de su gracia
Y cambiaba las horas del día
El cielo de la noche se convertía en el cielo del amanecer
El mar era un árbol frondoso lleno de pájaros
Las flores daban campanadas de alegría
Y mi corazón se ponía a perfumar enloquecido.
Van andando los días a lo largo del año
¿En dónde estás?
Me crece la mirada
Se me alargan las manos
En vano la soledad abre sus puertas
Y el silencio se llena de tus pasos de antaño
Me crece el corazón
Se me alargan los ojos
Y quisiera pedir otros ojos
Para ponerlos allí donde terminan los míos
¿En dónde estás ahora?
¿Qué sitio del mundo se está haciendo tibio con tu presencia?
Me crece el corazón como una esponja
O como esos corales que van a formar islas
Es inútil mirar los astros
O interrogar las piedras encanecidas
Es inútil mirar ese árbol que te dijo adiós el último
Y te saludará el primero a tu regreso
Eres sustancia de lejanía
Y no hay remedio
Andan los días en tu busca
A qué seguir por todas partes la huella de sus pasos
El tiempo canta dulcemente
Y si mis ojos os dicen
Cuánta vida he vivido y cuánta muerte he muerto
Ellos podrían también deciros
Cuánta vida he muerto y cuánta muerte he vivido.
¡Oh mis fantasmas! ¡Oh mis queridos espectros!
La noche ha dejado noche en mis cabellos
¿En dónde estuve? ¿Por dónde he andado?
¿Pero era ausencia aquella o era mayor presencia?
Cuando las piedras oyen mi paso
Sienten una ternura que les ensancha el alma
Se hacen señas furtivas y hablan bajo:
Allí se acerca el buen amigo
El hombre de las distancias
Que viene fatigado de tanta muerte al hombro
De tanta vida en el pecho
Y busca dónde pasar la noche.
Heme aquí ante vuestros limpios ojos
Heme aquí vestido de lejanías
Atrás quedaron los negros nubarrones
Los años de tinieblas en el antro olvidado
Traigo un alma lavada por el fuego
Vosotros me llamáis sin saber a quién llamáis
Traigo un cristal sin sombra, un corazón que no decae
La imagen de la nada y un rostro que sonríe
Traigo un amor muy parecido al universo
La poesía me despejó el camino
Ya no hay banalidades en mi vida
¿Quién guió mis pasos de modo tan certero?
Mis ojos dicen a aquellos que cayeron
Disparad contra mí vuestros dardos
Vengad en mí vuestras angustias
Vengad en mí vuestros fracasos
Yo soy invulnerable
He tomado mi sitio en el cielo como el silencio.
Los siglos de la tierra me caen en los brazos
Yo soy amigos el viajero sin fin
Las alas de la enorme aventura
Batían entre inviernos y veranos
Mirad cómo suben estrellas en mi alma
Desde que he expulsado las serpientes del tiempo oscurecido.
¿Cómo podremos entendernos?
Heme aquí de regreso de donde no se vuelve
Compasión de las olas y piedad de los astros
¡Cuánto tiempo perdido! Este es el hombre de las lejanías
El que daba vuelta las páginas de los muertos
Sin tiempo, sin espacio, sin corazón, sin sangre
El que andaba de un lado para otro
Desesperado y solo en las tinieblas
Solo en el vacío
Como un perro que ladra hacia el fondo de un abismo.
¡Oh vosotros! ¡Oh mis buenos amigos!
Los que habéis tocado mis manos
¿Qué habéis tocado?
Y vosotros que habéis escuchado mi voz
¿Qué habéis escuchado?
Y los que habéis contemplado mis ojos
¿Qué habéis contemplado?
Lo he perdido todo y todo lo he ganado
Y ni siquiera pido
La parte de la vida que me corresponde
Ni montañas de fuego ni mares cultivados
Es tanto más lo que he ganado que lo que he perdido
Así es el viaje al fin del mundo
Y esta es la corona de sangre de la gran experiencia
La corona regalo de mi estrella
¿En dónde estuve, en dónde estoy?
Los árboles lloran, un pájaro canta inconsolable
Decid, ¿quién es el muerto?
El viento me solloza
¡Qué inquietudes me has dado!
Algunas flores exclaman
¿Estás vivo aún?
¿Quién es el muerto entonces?
Las aguas gimen tristemente
¿Quién ha muerto en estas tierras?
Ahora sé lo que soy y lo que era
Conozco la distancia que va del hombre a la verdad
Conozco la palabra que aman los muertos
Este es el que ha llorado el mundo el que ha llorado resplandores.
Las lágrimas se hinchan, se dilatan
Y empiezan a girar sobre su eje
Heme aquí ante vosotros
Cómo podremos entendernos
Cómo saber lo que decimos
Hay tantos muertos que me llaman
Allí donde la tierra pierde su ruido
Allí donde me esperan mis queridos fantasmas
Mis queridos espectros
Miradme, os amo tanto pero soy extranjero
¿Quién salió de su tierra
Sin saber el hondor de su aventura?
Al desplegar las alas
El mismo no sabía qué vuelo era su vuelo.
Vuestro tiempo y vuestro espacio
No son mi espacio ni mi tiempo
¿Quién es el extranjero? ¿Reconocéis su andar?
Es el que vuelve con un sabor de eternidad en la garganta
Con un olor de olvido en los cabellos
Con un sonar de venas misteriosas
Es este que está llorando el universo
Que sobrepasó la muerte y el rumor de la selva secreta
Soy impalpable ahora como ciertas semillas
Que el viento mismo que las lleva no las siente
Oh poesía, nuestro reino empieza.
Este es aquel que durmió muchas veces
Allí donde hay que estar alerta
Donde las rocas prohíben la palabra
Allí donde se confunde la muerte con el canto del mar
Ahora vengo a saber que fui a buscar las llaves
He aquí las llaves
¿Quién las había perdido?
¿Cuánto tiempo ha que se perdieron?
Nadie encontró las llaves perdidas en el tiempo y en las brumas
¡Cuántos siglos perdidas!
Al fondo de las tumbas
Al fondo de los mares
Al fondo del murmullo de los vientos
Al fondo del silencio
He aquí los signos
¡Cuánto tiempo olvidados!
Pero entonces, amigo, ¿qué vas a decirnos?
¿Quién ha de comprenderte? ¿De dónde vienes?
¿En dónde estabas? ¿En qué alturas, en qué profundidades?
Andaba por la historia del brazo con la muerte
Oh hermano, nada voy a decirte
Cuando hayas tocado lo que nadie puede tocar
Más que el árbol te gustará callar.
Vicente Huidobro, Biografía
Vicente Huidobro
(1893-1948)
Nacido en el seno de una familia de acusada tradición literaria -su madre era
escritora-, pronto mostró el joven Vicente una notable inclinación hacia la
creación poética, plasmada cuando sólo tenía doce años de edad en las
primeras composiciones que dio a conocer. Este talante creador, estrechamente
ligado a su espíritu iconoclasta, le llevó a rechazar, en un manifiesto que hizo
público cuando aún era adolescente, cualquier forma de poesía anterior.
Decidido a abrirse camino en el mundo de las Letras, rechazó también la
reducida atmósfera literaria chilena para trasladarse a París en 1916, donde
participó en todos los movimientos vanguardistas que por aquellos años florecían,
y vertiginosamente se agostaban, en la capital francesa; allí pudo empezar a
publicar sus primeras colaboraciones en algunas revistas tan significativas como
Sic y Nord-Sud, y entablar relaciones con las principales cabezas de la
Vanguardia europea, como los surrealistas Guillaume Apollinaire y Pierre
Reverdy, con quienes colaboró en la fundación de una de las publicaciones
recién citadas (Nord-Sud). Sin embargo, y a pesar de esta estrecha colaboración
en los comienzos de su andadura literaria, Vicente Huidobro pronto se
distanció voluntariamente de los postulados surrealistas, ya que en su particular
concepción de la creación artística no cabía la máxima de que el artista era un
mero instrumento revelador de los dictados de su inconsciente.
Esta ruptura con el surrealismo le animó a plantearse la validez de todas las
corrientes vanguardistas que había conocido de primera mano. Así, rechazó
también las propuestas del futurismo, pues tenía el convencimiento de que el
fervor manifestado hacia la máquina se apagaría en cuanto el hombre su hubiera
acostumbrado a los adelantos del progreso técnico. El sucesivo rechazo de
todos los postulados estéticos de la Vanguardia llevó a Vicente Huidobro a
crear su propia corriente, bautizada como Creacionismo, en la que situaba al
creador artístico a la altura de un demiurgo capaz de insuflar a su creación un
aliento vital tan poderoso que se podría medir, incluso, con las creaciones de la
propia Naturaleza.
Así, para Huidobro y el resto de los creacionistas que inmediatamente cerraron
filas en torno a estas propuestas tan originales como transgresoras, el artista no
debía limitarse a reflejar la Naturaleza, sino que debía mantener con ella una
especie de competición en la que podía mostrar el vitalismo de su propia obra.
Lógicamente, esta concepción del arte en general (y, en el caso del propio
Huidobro, del hecho literario en particular) llevaba aparejada la necesidad de
crear nuevas imágenes, tan coloristas como animadas e sorprendentes, e
incluso, un novedoso lenguaje poético capaz de romper con todos los niveles de
la lengua y generar también su propia sintaxis; de ahí que la yuxtaposición (de
oraciones, vocablos o sonidos extrañamente puestos en contacto) se convirtiera
en una de las características más acusadas del Creacionismo, al tiempo que las
largas secuencias y enumeraciones de palabras y sintagmas contribuyeran
decisivamente a dar al poema esa apariencia de objeto aleatorio, mera creación
de un dios absorto en las posibilidades estéticas del material con que moldea su
obra.
Con estos presupuestos estéticos, Vicente Huidobro se presentó en Madrid en
1918, donde fundó un destacado grupo de poetas creacionistas consagrados a la
elaboración de textos que seguían fielmente los postulados del ya respetado
maestro chileno. Por aquel entonces ya era un poeta fecundo, que arrastraba
tras sí una interesante producción literaria: seis poemarios impresos en su país
natal (Ecos del alma, La gruta del silencio, Canciones en la noche, Pasando y
pasando, Las pagodas ocultas y Adán), uno aparecido en Buenos Aires (El
espejo de agua) y otro publicado en París (Horizon Carré). Así, no es de extrañar
que en Madrid las imprentas y editoriales compitieran entre sí por llevar a los
tórculos las últimas creaciones de Huidobro, competición que enseguida arrojó
sus frutos en forma de cuatro nuevos poemarios (Poemas árticos, Ecuatorial,
Tour Eiffel y Hallali).
De retorno a París, Vicente Huidobro continuó su febril proceso de creación
poética, ahora enriquecida con una curiosa aproximación al género
narrativo-cinematográfico, la novela-guión Cagliostro, de 1921. La sucesión de
títulos detallada más abajo (vid. el apartado "Obra") da buena cuenta de la
capacidad y la fecundidad creativa de este poeta durante la década de los años
veinte. Alrededor de 1930 fue cuando dio los toques finales a sus dos obras
cumbres, dos poemarios que, desde el momento mismo de su aparición estaban
llamados a situarse en los puestos cimeros de la literatura universal.
Por aquel entonces, Huidobro estaba en el apogeo de su fama, y gozaba del
éxito obtenido por su novela fílmica Mío Cid Campeador (1929), en la que el
propio poeta, que alardeaba de ser descendiente de Rodrigo Díaz de Vivar,
identificaba su relación amorosa con Ximena Amunátegui como una
reencarnación moderna de la pareja formada por El Cid y Doña Jimena.
La peripecia que había dado lugar a esta unión no puede ser más rocambolesca:
en 1925, coincidiendo con su regreso a Chile y su fracaso en el intento de tomar
parte activa en la política de su país (llegó a presentarse como candidato a la
Presidencia), el gran poeta conoció a Ximena, una joven estudiante de quince
años de edad, por la que abandonó a su mujer (con la que llevaba casado más
de quince años) y a sus hijos. Ximena no sólo era menor de edad, sino hija de un
poderoso prócer chileno, quien se opuso tajantemente a su unión con el poeta.
Huidobro marchó entonces a París, cerró la casa de Montmartre donde había
residido con su familia, y se trasladó a Nueva York, donde cosechó algún éxito
como escritor de guiones cinematográficos.
Pero en 1928, cuando Ximena Amunátegui acababa de alcanzar la mayoría de
edad, el poeta viajó a Chile, la raptó a la salida del Liceo y se marchó de nuevo a
París, en donde la feliz pareja se instaló en el barrio de Montparnasse. Fueron
aquellos unos años de plenitud amorosa y creativa para el poeta, quien, después
del mencionado éxito de su versión del Cid, decidió retomar un largo y ambicioso
proyecto en el que había empezado a trabajar diez años antes. Se trata de
Altazor o el viaje en paracaídas, la obra cumbre del Creacionismo universal, que
junto con Temblor de cielo (acabado también por aquellas fechas), constituye el
mayor legado de Huidobro a la poesía de su tiempo y, sin lugar a dudas, una de
las fuentes que con mayor generosidad habría de surtir a los poetas venideros.
A finales del siglo XX, después de que las corrientes estéticas hayan virado por
centenares de derrotas diferentes, el valor poético de Altazor y Temblor de cielo
sigue siendo incalculable. Bien es cierto que una parte de la crítica, aquella que
reacciona anacrónicamente contra los postulados vanguardistas, sólo ve en
Huidobro una especie de ingenioso prestidigitador que juega con las palabras
como si de objetos malabares se tratasen, sin conseguir dar a sus
composiciones sentido alguno; pero la mayoría de los estudiosos del fenómeno
poético aún se deslumbra con las imágenes, la vivacidad, la invención y la
heterodoxia inconformista y novedosa de este gran rebelde de las letras
hispanas, quien supo mantener su vigor creacionista hasta en el epitafio que dejó
escrito para su lápida:
"Abrid esta tumba: al fondo se ve el mar".
Frente al mar, en Cartagena (Chile), murió Vicente Huidobro en 1948, y frente al
mar (o tal vez sobre él, como reza su epitafio) reposan sus restos en el
camposanto de la bella localidad chilena.
Etiquetas:
Biografía,
Vicene Huidobro
domingo, 21 de febrero de 2010
Eres lluvia….,Mario Chiappetta
Cuando te conocí
eras una llovizna tenue
acariciando los tejados,
semáforos y las aceras
por donde la gente
transitaba a la deriva.
Luego fuiste lluvia
mansa y continua
deslizándose muy dentro
de mi espíritu
hasta hacerlo vibrar.
Te convertías en aguacero
exaltando mi corazón,
latiendo y creciendo
agitado en el pecho
hasta quebrarse
en una herida
repleta de amor.
En otros momentos
la borrasca nacía en ti,
luego pasabas a tormenta,
te transformabas en tempestad
y terminabas en diluvio anárquico.
Pero vuelves,
sosegada, suave, apacible.
Eres lluvia….,
me miras con tus ojos
color verde lago profundo,
insondables y melancólicos.
Me hablas en silencio
y en un instante te transfiguras
en una simple gota de agua.
Mis labios te beben
y descubren
una lágrima.
eras una llovizna tenue
acariciando los tejados,
semáforos y las aceras
por donde la gente
transitaba a la deriva.
Luego fuiste lluvia
mansa y continua
deslizándose muy dentro
de mi espíritu
hasta hacerlo vibrar.
Te convertías en aguacero
exaltando mi corazón,
latiendo y creciendo
agitado en el pecho
hasta quebrarse
en una herida
repleta de amor.
En otros momentos
la borrasca nacía en ti,
luego pasabas a tormenta,
te transformabas en tempestad
y terminabas en diluvio anárquico.
Pero vuelves,
sosegada, suave, apacible.
Eres lluvia….,
me miras con tus ojos
color verde lago profundo,
insondables y melancólicos.
Me hablas en silencio
y en un instante te transfiguras
en una simple gota de agua.
Mis labios te beben
y descubren
una lágrima.
Contra la seducción, Bertolt Brecht
No os dejéis seducir:
no hay retorno alguno.
El día está a las puertas,
hay ya viento nocturno:
no vendrá otra mañana.
No os dejéis engañar
con que la vida es poco.
Bebedla a grandes tragos
porque no os bastará
cuando hayáis de perderla.
No os dejéis consolar.
Vuestro tiempo no es mucho.
El lodo, a los podridos.
La vida es lo más grande:
perderla es perder todo.
no hay retorno alguno.
El día está a las puertas,
hay ya viento nocturno:
no vendrá otra mañana.
No os dejéis engañar
con que la vida es poco.
Bebedla a grandes tragos
porque no os bastará
cuando hayáis de perderla.
No os dejéis consolar.
Vuestro tiempo no es mucho.
El lodo, a los podridos.
La vida es lo más grande:
perderla es perder todo.
Epitafio , Bertolt Brecht
Escapé de los tigres
alimenté a las chinches
comido vivo fui
por las mediocridades.
alimenté a las chinches
comido vivo fui
por las mediocridades.
Preguntas, Bertolt Brecht
¡Escríbeme qué llevas puesto! ¿Es cálido?
¡Escríbeme en qué duermes! ¿Es también blando?
¡Escríbeme qué aspecto tienes! ¿Sigue siendo el mismo?
¡Escríbeme qué echas de menos! ¿Mi brazo?
¡Escríbeme cómo te va! ¿Te respetan?
¡Escríbeme qué andan haciendo! ¿Tienes bastante valor?
¡Escríbeme qué haces tú! ¿Sigue siendo bueno?
¡Escríbeme en qué piensas! ¿En mí?
¡La verdad es que sólo tengo preguntas para ti!
¡Y espero con ansiedad la respuesta!
Cuando tú estás cansada, nada puedo llevarte.
Si pasas hambre, no puedo darte de comer.
Así que estoy como fuera del mundo,
perdido, como si te hubiese olvidado.
¡Escríbeme en qué duermes! ¿Es también blando?
¡Escríbeme qué aspecto tienes! ¿Sigue siendo el mismo?
¡Escríbeme qué echas de menos! ¿Mi brazo?
¡Escríbeme cómo te va! ¿Te respetan?
¡Escríbeme qué andan haciendo! ¿Tienes bastante valor?
¡Escríbeme qué haces tú! ¿Sigue siendo bueno?
¡Escríbeme en qué piensas! ¿En mí?
¡La verdad es que sólo tengo preguntas para ti!
¡Y espero con ansiedad la respuesta!
Cuando tú estás cansada, nada puedo llevarte.
Si pasas hambre, no puedo darte de comer.
Así que estoy como fuera del mundo,
perdido, como si te hubiese olvidado.
La cuerda cortada, Bertolt Brecht
La cuerda cortada puede volver a anudarse,
vuelve a aguantar, pero
está cortada.
Quizá volvamos a tropezar, pero allí
donde me abandonaste no
volverás a encontrarme.
Versión de Jesús Munárriz y Jenaro Talens
vuelve a aguantar, pero
está cortada.
Quizá volvamos a tropezar, pero allí
donde me abandonaste no
volverás a encontrarme.
Versión de Jesús Munárriz y Jenaro Talens
Cuatro canciones de amor, Bertolt Brecht
I
Cuando, más tarde, me alejé de ti
al hoy enorme
vi, cuando empecé a ver,
gente alegre y cabal.
Y desde aquella hora tardía,
tú sabes de cuál hablo,
tengo una boca más hermosa
y unas piernas más ágiles.
Más verde hay desde entonces
en árbol, ramo y prado
y es el agua más fresca
cuando me la echo encima.
II
Cuando me haces pasármelo
tan bien, a veces pienso:
si me muriera ahora
habría sido feliz
hasta el final.
Cuando tú seas vieja
y me recuerdes
piénsame como hoy
y tendrás un amor
que siga siendo joven.
III
Siete rosas tiene el ramo,
seis se lleva el viento,
una queda para que
me la encuentre yo.
Siete veces te llamé,
seis no respondiste,
a la séptima promete
que me dirás algo.
IV
Mi amada me dio una rama
con hojas amarillas.
Se está acabando el año
y comienza el amor.
Versión de Jesús Munárriz y Jenaro Talens
Cuando, más tarde, me alejé de ti
al hoy enorme
vi, cuando empecé a ver,
gente alegre y cabal.
Y desde aquella hora tardía,
tú sabes de cuál hablo,
tengo una boca más hermosa
y unas piernas más ágiles.
Más verde hay desde entonces
en árbol, ramo y prado
y es el agua más fresca
cuando me la echo encima.
II
Cuando me haces pasármelo
tan bien, a veces pienso:
si me muriera ahora
habría sido feliz
hasta el final.
Cuando tú seas vieja
y me recuerdes
piénsame como hoy
y tendrás un amor
que siga siendo joven.
III
Siete rosas tiene el ramo,
seis se lleva el viento,
una queda para que
me la encuentre yo.
Siete veces te llamé,
seis no respondiste,
a la séptima promete
que me dirás algo.
IV
Mi amada me dio una rama
con hojas amarillas.
Se está acabando el año
y comienza el amor.
Versión de Jesús Munárriz y Jenaro Talens
Como era II, Bertolt Brecht
Tus penas eran mis penas,
las mías, tuyas.
Si no estabas tú contenta,
yo no lo estaba.
Versión de Jesús Munárriz y Jenaro Talens
las mías, tuyas.
Si no estabas tú contenta,
yo no lo estaba.
Versión de Jesús Munárriz y Jenaro Talens
Canción de una amada, Bertolt Brecht
1. Lo sé, amada: ahora se me cae el pelo por mi vida salvaje,
y me tumbo en las piedras. Me veis beber el aguardiente más
barato, y camino desnudo al viento.
2. Pero hubo un tiempo, amada, en que fui puro.
3. Tuve una mujer que era más fuerte que yo, como la hierba
es más fuerte que el toro: se vuelve a erguir.
4. Ella vio que yo era malo, y me amó.
5. No preguntó a dónde conducía el camino, que era su camino,
y quizás iba hacia abajo. Cuando me dio su cuerpo, dijo:
esto es todo. Y fue mi cuerpo.
6. Ahora ya no está en ningún lado, desapareció como una
nube cuando ha llovido, la abandoné y cayó, pues ése era su camino.
7. Pero de noche, a veces, cuando me veis beber, veo su cara,
pálida en el viento, fuerte y vuelta hacia mí, y me inclino ante
el viento.
Versión de Jesús Munárriz y Jenaro Talens
y me tumbo en las piedras. Me veis beber el aguardiente más
barato, y camino desnudo al viento.
2. Pero hubo un tiempo, amada, en que fui puro.
3. Tuve una mujer que era más fuerte que yo, como la hierba
es más fuerte que el toro: se vuelve a erguir.
4. Ella vio que yo era malo, y me amó.
5. No preguntó a dónde conducía el camino, que era su camino,
y quizás iba hacia abajo. Cuando me dio su cuerpo, dijo:
esto es todo. Y fue mi cuerpo.
6. Ahora ya no está en ningún lado, desapareció como una
nube cuando ha llovido, la abandoné y cayó, pues ése era su camino.
7. Pero de noche, a veces, cuando me veis beber, veo su cara,
pálida en el viento, fuerte y vuelta hacia mí, y me inclino ante
el viento.
Versión de Jesús Munárriz y Jenaro Talens
Bertolt Brecht, Biografía
Bertolt Brecht
(Eugen Berthold Friedrich Brecht; Augsburg, 1898 - Berlín oriental, 1956) Escritor alemán. Además de ser uno de los dramaturgos más destacados e innovadores del siglo XX, cuyas obras buscan siempre la reflexión del espectador, trató también de fomentar el activismo político con las letras de sus lieder, a los que Kurt Weill puso la música.
Comenzó en Múnich sus estudios de Literatura y Filosofía en 1917, a los que añadiría posteriormente los de Medicina. Durante la I Primera Guerra Mundial comenzó a escribir y publicar sus obras. Desde 1920 frecuentó el mundo artístico de Múnich y trabajó como dramaturgo y director de escena. En este entorno conoció a F. Wedekind, K. Valentin y L. Feuchtwanger, con quienes mantuvo siempre un estrecho contacto. En 1924 se trasladó a Berlín, donde trabajó como dramaturgo a las órdenes de Max Reinhardt en el Deutsches Theater; posteriormente colaboró también en obras de carácter colectivo junto con Elisabeth Hauptmann, Erwin Piscator, Kurt Weill, Hans Eisler y Slatan Dudow, y trabó relaciones con el pintor Georg Grosz.
En 1926 comenzó su dedicación intensiva al marxismo y estableció un estrecho contacto con Karl Korsch y Walter Benjamin. Su Dreigroschenoper (Opera de cuatro cuartos, 1928) obtuvo en 1928 el mayor éxito conocido en la República de Weimar. En ese año 1928 se casó con la actriz Helene Weigel.
Será en 1930 cuando comience a tener más que contactos con el Partido Comunista Alemán. El 28 de febrero de 1933, un día después de la quema del Parlamento alemán, Brecht comenzó su camino hacia el exilio en Svendborg (Dinamarca). Tras una breve temporada en Austria, Suiza y Francia, marchó a Dinamarca, donde se estableció con su mujer y dos colaboradoras, Margarethe Steffin y Ruth Berlau. En 1935 viajó a Moscú, Nueva York y París, donde intervino en el Congreso de Escritores Antifascistas, suscitando una fuerte polémica.
En 1939, temiendo la ocupación alemana, se marchó a Suecia; en 1940, a Finlandia, país del que tuvo que escapar ante la llegada de los nazis; y en 1941, a través de la Unión Soviética (vía Vladivostok), a Santa Monica, en los Estados Unidos, donde permaneció aislado seis años, viviendo de guiones para Hollywood. En 1947 se llevó a la pantalla GalileoGalilei, con muy poco éxito. A raíz del estreno de esta película, el Comité de Actividades Antinorteamericanas le consideró elemento sospechoso y tuvo que marchar a Berlín Este (1948), donde organizó primero el Deutsches Theater y, posteriormente, el Theater am Schiffbauerdamm. Antes había pasado por Suiza, donde colaboró con M. Frisch y G. Weisenborn.
En Berlín, junto con su esposa Helene Weigel, fundó en 1949 el conocido Berliner Ensemble, y se dedicó exclusivamente al teatro. Aunque siempre observó con escepticismo y duras críticas el proceso de restauración política de la República Federal, tuvo también serios conflictos con la cúpula política de la República Democrática.
Brecht es sin duda uno de los dramaturgos más destacados del siglo XX, además de uno de los líricos más prestigiosos. Aparte de estas dos facetas, cabe destacar también su prosa breve de carácter didáctico y dialéctico. La base de toda su producción es, ya desde los tiempos de Múnich, una posición antiburguesa, una crítica a las formas de vida, la ideología y la concepción artística de la burguesía, poniendo de relieve al mismo tiempo la necesidad humana de felicidad como base para la vida.
Con su dedicación al marxismo, esta postura se hizo mucho más radical y pasó de hacer referencia a un individuo aislado a enmarcarse en el ámbito del conjunto de la sociedad: el individuo autónomo aniquilado por el capitalismo (Mann ist Mann, El hombre es el hombre, 1924/25) consigue nuevas cualidades dentro del colectivo. Con el personaje que da título a su drama Baal (1922), Brecht creó un tipo que aparece a lo largo de toda su producción en diversas variaciones (Schweyk im Zweiten Weltkrieg, Schweyk en la Segunda Guerra Mundial, 1943) y que se expresa de manera mucho más radical en los fragmentos Untergang des Egoisten Johann Fatzer (El ocaso del egoísta Johann Fatzer, 1927/30) y Die Reisen des Glücksgotts (Los viajes del dios de la suerte, 1941).
La posición opuesta la representan las figuras maternales junto con el colectivo revolucionario y los dialécticos (Geschichten von Herrn Keuner, Historias del señor Keuner, 1930). El desarrollo literario de Brecht, que en su lírica pasa desde un acercamiento crítico a la "Neue Sachlichkeit" hasta formas de resistencia colectiva (Lieder-Gedichte-Chöre, Canciones-Poemas-Coros, 1934), está influido por la Biblia de Lutero, la obra de Shakespeare y la Antigüedad Clásica, así como por el teatro asiático y la filosofía china.
Brecht entiende la filosofía como la doctrina del buen comportamiento, una categoría que resulta fundamental en su obra. En este sentido entiende sus textos como intentos progresivos de provocar asombro, reflexión, reproducción y cambios de actitud y de comportamiento en el espectador. Para ello utiliza el conocido "efecto de distanciamiento" ("Verfremdungseffekt"), que no debe ser entendido sólo como una técnica estética, sino como "una medida social". Sus intentos dramáticos más radicales de carácter pedagógico y político son Lindberghflug (El vuelo de Lindbergh, 1929), Das Badener Lehrstück und der Neinsager (La parábola de Baden y el que decía que no, 1930), Die Maßnahme, (La medida, 1930), Die Ausnahme und die Regel (La excepción y la regla, 1930) y Die Horatier und die Kuratier (Los horacianos y los curacianos, 1934); en todos ellos se pone de relieve una fuerte separación entre escenario y espectador.
Con la llegada del nacionalsocialismo todos estos intentos revolucionarios perdieron sus presupuestos sociales. En el exilio, Brecht escribió sin publicarlas algunas de sus piezas más conocidas: Leben des Galilei (Vida de Galileo Galilei, que apareció en 3 versiones: una danesa de 1938-39, otra americana de 1945-46, y la tercera, berlinesa, de 1953-55), Mutter Courage und ihre Kinder (Madre Coraje y sus hijos, 1939), Der gute Mensch von Sezuan (El hombre bueno de Sezuan, 1943), Herr Puntila und sein Knecht Matti (El señor Puntila y su criado Matti, 1940), aparte de escritos teóricos sobre teatro (Der Messingkauf, La compra de latón, 1939/40) y algunos apuntes para unas novelas (Tui-Roman, Novela de Tui, 1930/42; Die Geschäfte des Herrn Julius Caesar, Los negocios del señor Julio César, 1938/39). Con sus análisis sobre el fascismo y los Svendborger Gedichte (Poemas de Svendborg, 1939) tomó parte activa en la lucha antifascista.
Condicionado por la situación social, tras 1945 trabajó sólo en obras de carácter didáctico, olvidando sus experimentos de los primeros años. Tal vez esto fue lo que le convirtió en un clásico hasta el punto de que el teatro actual (tanto en la antigua RDA como en la antigua RFA) sería impensable sin él.
lunes, 15 de febrero de 2010
Cuatro paredes frías....,Mario Chiappetta
A María Gracia
Cuatro paredes frías me rodean,
sin voz, colmadas de ausencia,
me miran atónitas y desconcertadas,
tratando de descifrar
la sonrisa de mi rostro.
Saben que te quiero.
Fueron testigos
de nuestro amor,
las manos juntas,
las bocas entreabiertas,
las palabras dulces,
los cuerpos sintiendo la piel
y acoplándose dulcemente.
Hoy quisiera
compartir contigo
los días y las noches,
sentir con tu corazón,
estar en tu piel,
mirar con tus ojos las estrellas
y descubrir aquella que centellea por ti
y preguntarle sobre la vida
para tratar de descubrir
todos los sentimiento
que inundan tu alma.
Cuatro paredes frías me rodean,
sin voz, colmadas de ausencia,
me miran atónitas y desconcertadas,
tratando de descifrar
la sonrisa de mi rostro.
Saben que te quiero.
Fueron testigos
de nuestro amor,
las manos juntas,
las bocas entreabiertas,
las palabras dulces,
los cuerpos sintiendo la piel
y acoplándose dulcemente.
Hoy quisiera
compartir contigo
los días y las noches,
sentir con tu corazón,
estar en tu piel,
mirar con tus ojos las estrellas
y descubrir aquella que centellea por ti
y preguntarle sobre la vida
para tratar de descubrir
todos los sentimiento
que inundan tu alma.
domingo, 14 de febrero de 2010
Un hombre y una mujer, Roberto Fernández Retamar
¿Quién ha de ser?
Un hombre y una mujer
Tirso de Molina
Si un hombre y una mujer atraviesan calles que nadie ve
sino ellos,
calles populares que van a dar al atardecer, al aire,
con un fondo de paisaje nuevo y antiguo más parecido
a una música que a un paisaje;
si un hombre y una mujer hacen salir árboles a su paso,
y dejan encendidas las paredes,
y hacen volver las caras como atraídas por un toque de
trompeta
o por un desfile multicolor de saltimbanquis;
si cuando un hombre y una mujer atraviesan se detiene
la conversación del barrio,
se refrenan los sillones sobre la acera, caen los llaveros
de las esquinas,
las respiraciones fatigadas se hacen suspiros:
¿es que el amor cruza tan pocas veces que verlo es motivo
de extrañeza, de sobresalto, de asombro, de nostalgia,
como oír hablar un idioma que acaso alguna vez se ha
sabido
y del que apenas quedan en las bocas
murmullos y ruinas de murmullos?
Un hombre y una mujer
Tirso de Molina
Si un hombre y una mujer atraviesan calles que nadie ve
sino ellos,
calles populares que van a dar al atardecer, al aire,
con un fondo de paisaje nuevo y antiguo más parecido
a una música que a un paisaje;
si un hombre y una mujer hacen salir árboles a su paso,
y dejan encendidas las paredes,
y hacen volver las caras como atraídas por un toque de
trompeta
o por un desfile multicolor de saltimbanquis;
si cuando un hombre y una mujer atraviesan se detiene
la conversación del barrio,
se refrenan los sillones sobre la acera, caen los llaveros
de las esquinas,
las respiraciones fatigadas se hacen suspiros:
¿es que el amor cruza tan pocas veces que verlo es motivo
de extrañeza, de sobresalto, de asombro, de nostalgia,
como oír hablar un idioma que acaso alguna vez se ha
sabido
y del que apenas quedan en las bocas
murmullos y ruinas de murmullos?
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Roberto Fernández Retamar
Felices los normales, Roberto Fernández Retamar
Felices los normales, esos seres extraños,
Los que no tuvieron una madre loca, un padre borracho, un hijo delincuente,
Una casa en ninguna parte, una enfermedad desconocida,
Los que no han sido calcinados por un amor devorante,
Los que vivieron los diecisiete rostros de la sonrisa y un poco más,
Los llenos de zapatos, los arcángeles con sombreros,
Los satisfechos, los gordos, los lindos,
Los rintintín y sus secuaces, los que cómo no, por aquí,
Los que ganan, los que son queridos hasta la empuñadura,
Los flautistas acompañados por ratones,
Los vendedores y sus compradores,
Los caballeros ligeramente sobrehumanos,
Los hombres vestidos de truenos y las mujeres de relámpagos,
Los delicados, los sensatos, los finos,
Los amables, los dulces, los comestibles y los bebestibles.
Felices las aves, el estiércol, las piedras.
Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños,
Las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan
Y nos construyen, los más locos que sus madres, los más borrachos
Que sus padres y más delincuentes que sus hijos
Y más devorados por amores calcinantes.
Que les dejen su sitio en el infierno, y basta.
Los que no tuvieron una madre loca, un padre borracho, un hijo delincuente,
Una casa en ninguna parte, una enfermedad desconocida,
Los que no han sido calcinados por un amor devorante,
Los que vivieron los diecisiete rostros de la sonrisa y un poco más,
Los llenos de zapatos, los arcángeles con sombreros,
Los satisfechos, los gordos, los lindos,
Los rintintín y sus secuaces, los que cómo no, por aquí,
Los que ganan, los que son queridos hasta la empuñadura,
Los flautistas acompañados por ratones,
Los vendedores y sus compradores,
Los caballeros ligeramente sobrehumanos,
Los hombres vestidos de truenos y las mujeres de relámpagos,
Los delicados, los sensatos, los finos,
Los amables, los dulces, los comestibles y los bebestibles.
Felices las aves, el estiércol, las piedras.
Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños,
Las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan
Y nos construyen, los más locos que sus madres, los más borrachos
Que sus padres y más delincuentes que sus hijos
Y más devorados por amores calcinantes.
Que les dejen su sitio en el infierno, y basta.
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Roberto Fernández Retamar
Con las mismas manos de acariciarte estoy construyendo una escuela..., Roberto Fernández Retamar
Con las mismas manos de acariciarte estoy construyendo una escuela.
Llegué casi al amanecer, con las que pensé que serían ropas de trabajo,
Pero los hombres y los muchachos que, en sus harapos esperaban
Todavía me dijeron señor.
Están en un caserón a medio derruir,
Con unos cuantos catres y palos: allí pasan las noches
Ahora, en vez de dormir bajo los puentes o en los portales.
Uno sabe leer, y lo mandaron a buscar cuando
supieron que yo tenía biblioteca.
(Es alto, luminoso, y usa una barbita en el insolente rostro mulato.)
Pasé por el que será el comedor escolar, hoy sólo señalado por una zapata
Sobre la cual mi amigo traza con su dedo en el aire ventanales y puertas.
Atrás estaban las piedras, y un grupo de muchachos
Las trasladaban en veloces carretillas. Yo pedí una
Y me eché a aprender el trabajo elemental de los hombres elementales.
Luego tuve mi primera pala y tomé el agua silvestre de los trabajadores,
Y, fatigado, pensé en ti, en aquella vez
Que estuviste recogiendo una cosecha hasta que la vista se te nublaba
Como ahora a mí,
¡Qué lejos estábamos de las cosas verdaderas,
Amor, qué lejos -como uno de otro!
La conversación y el almuerzo
Fueron merecidos, y la amistad del pastor
Hasta hubo una pareja de enamorados
Que se ruborizaban cuando los señalábamos, riendo,
Fumando, después del café.
No hay momento
En que no piense en ti.
Hoy quizás más,
Y mientras ayude a construir esta escuela
Con las mismas manos de acariciarte.
Llegué casi al amanecer, con las que pensé que serían ropas de trabajo,
Pero los hombres y los muchachos que, en sus harapos esperaban
Todavía me dijeron señor.
Están en un caserón a medio derruir,
Con unos cuantos catres y palos: allí pasan las noches
Ahora, en vez de dormir bajo los puentes o en los portales.
Uno sabe leer, y lo mandaron a buscar cuando
supieron que yo tenía biblioteca.
(Es alto, luminoso, y usa una barbita en el insolente rostro mulato.)
Pasé por el que será el comedor escolar, hoy sólo señalado por una zapata
Sobre la cual mi amigo traza con su dedo en el aire ventanales y puertas.
Atrás estaban las piedras, y un grupo de muchachos
Las trasladaban en veloces carretillas. Yo pedí una
Y me eché a aprender el trabajo elemental de los hombres elementales.
Luego tuve mi primera pala y tomé el agua silvestre de los trabajadores,
Y, fatigado, pensé en ti, en aquella vez
Que estuviste recogiendo una cosecha hasta que la vista se te nublaba
Como ahora a mí,
¡Qué lejos estábamos de las cosas verdaderas,
Amor, qué lejos -como uno de otro!
La conversación y el almuerzo
Fueron merecidos, y la amistad del pastor
Hasta hubo una pareja de enamorados
Que se ruborizaban cuando los señalábamos, riendo,
Fumando, después del café.
No hay momento
En que no piense en ti.
Hoy quizás más,
Y mientras ayude a construir esta escuela
Con las mismas manos de acariciarte.
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Roberto Fernández Retamar
Roberto Fernández Retamar, Biografía
Roberto Fernández Retamar, La Habana 9 de junio de 1930.
Poeta, ensayista, investigador y docente. Importante exponente de lo más avanzado del pensamiento intelectual cubano. Es creador de una vasta y variada obra poética y ensayística. Hombre de pensamiento y cotidiano accionar revolucionario, con una enriquecedora labor docente e investigativa sobre temas socioculturales principalmente hispanoamericanos.
Entre 1948 y 1952 cursó estudios de Humanidades en la Universidad de la Habana, alcanzando en 1954 el Doctorado en Filosofía y Letras en esa institución. En 1956 estudia letras en Londres y en París con el lingüista André Martinet. En 1986, alcanza el Doctorado en Ciencias Filológicas y es Profesor Honorario de la Universidad Mayor de San Marcos, Lima, Perú. En 1988, le otorgan el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de Sofía, Bulgaria, en 1993 el de Doctor Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires, Argentina y en 1995 el de Profesor Emérito de la Universidad de La Habana. Desde 1995 es Miembro de la Academia Cubana de la Lengua. Actualmente Presidente de la Casa de las Américas.
Ha colaborado y dirigido importantes publicaciones cubanas tales como: la Nueva Revista Cubana, de la cual fue Director entre 1959-60; en 1962 es fundador de la Revista Unión; en 1964 fundador de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba; en 1965 es Director de la Revista Casa de las Américas y en 1995 Preside el jurado del XVII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
Ha desarrollado una importante labor docente en Cuba y en el extranjero, sobre temas lingüísticos, humanísticos y socioculturales; trabajando como catedrático en las universidades de La Habana, San Marcos de Lima, Sofía y Buenos Aires. Realizó actividad diplomática como Consejero Cultural de Cuba en Francia entre 1959-60 y se ha desempeñado como Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y miembro del Consejo de Estado.
Retamar ha sido galardonado con importantes premios. En 1952 Premio Nacional de Poesía, en 1980 Premio Latinoamericano de Poesía Rubén Darío, en 1981 Orden Félix Varela de Primer Grado, en 1989 Premio Internacional de Poesía Nikola Vaptsarov de Bulgaria, en ese propio año el Premio Nacional de Literatura en Cuba; en 1994 con el Premio Internacional de Poesía Pérez Bonalde, de Argentina y con la Medalla oficial de las Artes y las Letras, otorgada en Francia. En 1998 le otorgan en Argentina la Orden de Mayo y en el 2000, el Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana le dedicó un volumen de su serie Críticas.
Profundo estudioso e investigador de la obra martiana, es autor de una extensa bibliografía sobre el Héroe Nacional de Cuba, contribuyendo de manera significativa a la difusión y conocimiento de su obra, desde su labor docente y como fundador en 1977 y director hasta 1986 del Centro de Estudios Martianos y de su Anuario. En 1998 es designado como Presidente del Consejo Asesor de la Oficina del Programa Martiano.
Sus obras poéticas:Elegía como un himno (1950); Patrias (1952); Vuelta de la antigua esperanza (1959); Buena suerte viviendo (1967); Juana y otros temas personales (1981); Aquí (1995), constituyen una de las producciones líricas más importantes de la literatura cubana contemporánea. Entre sus estudios y ensayos sociohistóricos de mayor relevancia se encuentran: Idea de la estilística (1958); Ensayo de otro mundo (1967); Calibán (1971), e Introducción a Martí (1978).
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Roberto Fernández Retamar
martes, 9 de febrero de 2010
Miro tus ojos..., Mario Chiappetta
Miro tus ojos que son marrones
en ellos veo florecer la vida
convertida en roja rosa humedecida.
Veo faroles penumbrosos
como en la plaza
iluminando poco la noche
iluminando mucho el día.
La lluvia que cae mansamente,
que cae con furia
en una larga calle empedrada
poblada de ecos y muda.
La lluvia que cae en el turbio río
y el sol que sin verse
se ha ahogado en él.
Ya no llueve, es noche.
Veo estrellas que me centellean
Distantes y solas,
informes y mudas.
en ellos veo florecer la vida
convertida en roja rosa humedecida.
Veo faroles penumbrosos
como en la plaza
iluminando poco la noche
iluminando mucho el día.
La lluvia que cae mansamente,
que cae con furia
en una larga calle empedrada
poblada de ecos y muda.
La lluvia que cae en el turbio río
y el sol que sin verse
se ha ahogado en él.
Ya no llueve, es noche.
Veo estrellas que me centellean
Distantes y solas,
informes y mudas.
lunes, 8 de febrero de 2010
Su voz tembló cuando nos separamos..., Percy Bysshe Shelley
Su voz tembló cuando nos separamos,
y aunque no supe que su corazón estaba roto
hasta mucho después, me fui sin atender
las palabras que entonces nos dijimos.
¡Sufrimiento, oh sufrimiento
este mundo es demasiado ancho para tí! "
Versión de Gabriel Insuasti
y aunque no supe que su corazón estaba roto
hasta mucho después, me fui sin atender
las palabras que entonces nos dijimos.
¡Sufrimiento, oh sufrimiento
este mundo es demasiado ancho para tí! "
Versión de Gabriel Insuasti
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Percy Bysshe Shelley,
poemas
oy como un espíritu que mora..., Percy Bysshe Shelley
Soy como un espíritu que mora
en lo más hondo del corazón.
Siento sus sentimientos,
pienso sus pensamientos
y escucho las conversaciones más íntimas del alma,
la voz que sólo se oye en el rumor de la sangre,
cuando el vaivén de los latidos
se asemeja al sosegado oleaje del océano estival.
He desatado la melodía dorada
de su alma profunda y me he zambullido en ella
y, como el águila en medio de la bruma y la tormenta,
he dejado que mis alas se adornasen
con el fulgor de los rayos.
en lo más hondo del corazón.
Siento sus sentimientos,
pienso sus pensamientos
y escucho las conversaciones más íntimas del alma,
la voz que sólo se oye en el rumor de la sangre,
cuando el vaivén de los latidos
se asemeja al sosegado oleaje del océano estival.
He desatado la melodía dorada
de su alma profunda y me he zambullido en ella
y, como el águila en medio de la bruma y la tormenta,
he dejado que mis alas se adornasen
con el fulgor de los rayos.
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Percy Bysshe Shelley,
poemas
Filosofía del amor, Percy Bysshe Shelley
Las fuentes se unen con el río
y los ríos con el Océano.
Los vientos celestes se mezclan
por siempre con calma emoción.
Nada es singular en el mundo:
todo por una ley divina
se encuentra y funde en un espíritu.
¿Por qué no el mío con el tuyo?
Las montañas besan el Cielo,
las olas se engarzan una a otra.
¿Qué flor sería perdonada
si menospreciase a su hermano?
La luz del sol ciñe a la tierra
y la luna besa a los mares:
¿para qué esta dulce tarea
si luego tú ya no me besas?
Versión de Juan Abeleira
y los ríos con el Océano.
Los vientos celestes se mezclan
por siempre con calma emoción.
Nada es singular en el mundo:
todo por una ley divina
se encuentra y funde en un espíritu.
¿Por qué no el mío con el tuyo?
Las montañas besan el Cielo,
las olas se engarzan una a otra.
¿Qué flor sería perdonada
si menospreciase a su hermano?
La luz del sol ciñe a la tierra
y la luna besa a los mares:
¿para qué esta dulce tarea
si luego tú ya no me besas?
Versión de Juan Abeleira
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Percy Bysshe Shelley, Biografía
(Field Place, 1792-golfo de La Spezia, 1822) Poeta británico. Cursó estudios en Eton (1804-1810) y en el University College de Oxford, de donde fue expulsado (1811) por la publicación del libelo La necesidad del ateísmo. Ese mismo año, en Londres, se enamoró de una joven de 16 años, Harriet Westbrook, con quien, tras huir y casarse, vivió en el distrito de los Lagos, en York, en Irlanda y en el País de Gales, donde escribió su primer poema importante, La reina Mab (1813).
De nuevo en Londres, conoció a W. Godwin, de cuyo pensamiento filosófico se declaró seguidor, y se enamoró de su hija Mary, con quien marchó al continente en 1814 y con quien casó en 1816, año en que publicó Alástor o el espíritu de la soledad y en que, durante una estancia en Suiza, conoció a Byron.
A su regreso en Londres, se enteró del suicidio de Harriet y perdió la tutela de los dos hijos que había tenido de su primer matrimonio. Aquejado de tisis, abandonó su país y en 1818 se instaló en Italia en compañía de Mary. Vivió en Milán, Lucca, Venecia, Nápoles y Florencia y escribió durante sus últimos cuatro años de vida sus obras maestras, el drama lírico Prometeo liberado (1819), la tragedia Los Cenci (1819), diversos poemas líricos (Oda al viento del Oeste, Oda a una alondra, La mimosa y la Oda a Nápoles), la elegía Adonais (1821), inspirada por la muerte de J. Keats, y el tratado La defensa de la poesía (1821).
Es uno de los principales poetas de la segunda generación de románticos ingleses. Su obra está impregnada de idealismo y de fe entusiasta en el futuro de la humanidad, pero también de melancolía ante las desdichas de la existencia; en ella desempeña un importante papel la naturaleza, concebida como vínculo entre el hombre y los valores absolutos.
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Percy Bysshe Shelley
domingo, 7 de febrero de 2010
Te Amaré, Silvio Rodríguez
Te amaré, te amaré como al mundo
Te amaré aunque tenga final
Te amaré, te amaré en lo profundo
Te amaré como tengo que amar.
Te amaré, te amaré como pueda
Te amaré aunque no sea la paz
Te amaré, te amaré lo que queda
Te amaré cuando acabe de amar
Te amaré, te amaré si estoy muerto
Te amaré al día siguiente además
Te amaré, Te amaré como siento
Te amaré con adiós, con jamás.
Te amaré, Te amaré junto al viento
Te amaré como único sé
Te amaré hasta el fin de los tiempos
Te amaré y después te amaré.
Te amaré aunque tenga final
Te amaré, te amaré en lo profundo
Te amaré como tengo que amar.
Te amaré, te amaré como pueda
Te amaré aunque no sea la paz
Te amaré, te amaré lo que queda
Te amaré cuando acabe de amar
Te amaré, te amaré si estoy muerto
Te amaré al día siguiente además
Te amaré, Te amaré como siento
Te amaré con adiós, con jamás.
Te amaré, Te amaré junto al viento
Te amaré como único sé
Te amaré hasta el fin de los tiempos
Te amaré y después te amaré.
Testamento, Silvio Rodríguez
Como la muerte anda en secreto
y no se sabe que mañana
yo voy a hacer mi testamento
a repetir lo que me falta
pues lo que tuve ya esta hecho
ya está abrigado, ya está en casa
yo voy a hacer mi testamento
para cerrar cuentas soñadas.
Le debo una canción a la sonrisa
a la sonrisa de manantial, esa que salta
le debo una canción a toda prisa
para que quede que estuvo cerca, agazapada.
Le debo una canción a lo que supe
a lo que supe y no pudo ser más que silencio
le debo una canción, una que ocupe
la cantidad de mordaza, amor de un juramento.
Les debo una canción a los pecados
a los pecados que no gasté, los que no pude
les debo una canción no como hermano
solo de sal que al delectador también alude.
Le debo una canción a la mentira
a la mentira pequeña, frágil, casi salva
le debo una canción endurecida
una canción asesina, bruta, sanguinaria.
Le debo una canción al oportuno
al oportuno mutilador de cuanta ala
le debo una canción de tono oscuro
que lo encadene a vagar su eterna madrugada.
Les debo una canción a las fronteras
a las fronteras humanas, no a las del misterio
les debo una canción tan poco nueva
como la voz mas elemental de los colegios.
Le debo una canción al compañero
al compañero de riesgo, al de la victoria
le debo una canción de canto nuevo
una bandera común que vuela con la historia.
Le debo una canción, una a la muerte
una a la muerte voraz que se comerá a tantos
le debo una canción en que hunda el diente
y luego esparza con la explosión fuegos del canto.
Le debo una canción a lo imposible
a la mujer, a la estrella, al sueño que nos lanza
le debo una canción indescriptible
como una vela inflamada en viento de esperanza
y no se sabe que mañana
yo voy a hacer mi testamento
a repetir lo que me falta
pues lo que tuve ya esta hecho
ya está abrigado, ya está en casa
yo voy a hacer mi testamento
para cerrar cuentas soñadas.
Le debo una canción a la sonrisa
a la sonrisa de manantial, esa que salta
le debo una canción a toda prisa
para que quede que estuvo cerca, agazapada.
Le debo una canción a lo que supe
a lo que supe y no pudo ser más que silencio
le debo una canción, una que ocupe
la cantidad de mordaza, amor de un juramento.
Les debo una canción a los pecados
a los pecados que no gasté, los que no pude
les debo una canción no como hermano
solo de sal que al delectador también alude.
Le debo una canción a la mentira
a la mentira pequeña, frágil, casi salva
le debo una canción endurecida
una canción asesina, bruta, sanguinaria.
Le debo una canción al oportuno
al oportuno mutilador de cuanta ala
le debo una canción de tono oscuro
que lo encadene a vagar su eterna madrugada.
Les debo una canción a las fronteras
a las fronteras humanas, no a las del misterio
les debo una canción tan poco nueva
como la voz mas elemental de los colegios.
Le debo una canción al compañero
al compañero de riesgo, al de la victoria
le debo una canción de canto nuevo
una bandera común que vuela con la historia.
Le debo una canción, una a la muerte
una a la muerte voraz que se comerá a tantos
le debo una canción en que hunda el diente
y luego esparza con la explosión fuegos del canto.
Le debo una canción a lo imposible
a la mujer, a la estrella, al sueño que nos lanza
le debo una canción indescriptible
como una vela inflamada en viento de esperanza
Una Mujer, Silvio Rodríguez
Una mujer
Una mujer
Una mujer con cristales de mar
Viaja dentro de mí coloreando mi sangre
Quitando el carbón
Que ha tapado mi buen corazón
Que ha tapado mi buen corazón
Una mujer
Una mujer
Una mujer
Que no es celestial
Sobre un potro partió
Hacia todos los pueblos
Que habitan en mí
Y ha tenido un camino feliz
Y ha tenido un camino feliz
Pobre de mí
Pobre de ti
Pobre de todos los que amen así
Sobre un potro que vuela
Añorando barrancos
Tan cercanos que lucen mortajas
De blanco
Pobre de mí
Pobre de ti
Pobre montura que cuelga el amor
Sobre tantos desastres y canciones
Y mangos sobre tanta cansada emoción
Qué desgaste
Una mujer
Una mujer
Una mujer no esperada por mí
Cabalgando llegó
A cavar en mi tierra
Su nombre y canción
Y a soltar bajo fianza el amor
Y a soltar bajo fianza el amor
Una mujer
Una mujer con cristales de mar
Viaja dentro de mí coloreando mi sangre
Quitando el carbón
Que ha tapado mi buen corazón
Que ha tapado mi buen corazón
Una mujer
Una mujer
Una mujer
Que no es celestial
Sobre un potro partió
Hacia todos los pueblos
Que habitan en mí
Y ha tenido un camino feliz
Y ha tenido un camino feliz
Pobre de mí
Pobre de ti
Pobre de todos los que amen así
Sobre un potro que vuela
Añorando barrancos
Tan cercanos que lucen mortajas
De blanco
Pobre de mí
Pobre de ti
Pobre montura que cuelga el amor
Sobre tantos desastres y canciones
Y mangos sobre tanta cansada emoción
Qué desgaste
Una mujer
Una mujer
Una mujer no esperada por mí
Cabalgando llegó
A cavar en mi tierra
Su nombre y canción
Y a soltar bajo fianza el amor
Y a soltar bajo fianza el amor
Y Mariana, Silvio Rodríguez
Siempre hay quien quisiera ser distinto,
nadie está conforme con lo que le tocó.
El de edad quisiera ser un niño
y el rapaz se raspa sus pelusas en flor.
Los que tienen nada quieren algo,
los que tienen algo quieren todavía más.
Para pretender el mundo es largo,
para conformarse se ha inventado el jamás.
Un señor quisiera ser mujer
y una chica quiere ser señor.
Hasta Dios sueña que es un poder.
Y Mariana y Mariana y Mariana
quiere ser canción.
La tolerancia es la pasión de los inquisidores.
El buen ladrón quisiera no tener que robar.
Le deben al silencio la voz los ruiseñores.
La eternidad no es más que un truco
para continuar.
La libertad sólo es visible para quien la labra
y en lo prohibido brilla astuta la tentación.
Nacer a veces mata y ser feliz desgarra.
¿A quién acusaremos cuando triunfe el amor?
Un señor quisiera ser mujer
y una chica quiere ser señor.
Hasta Dios sueña que es un poder.
Y Mariana y Mariana y Mariana
quiere ser canción.
nadie está conforme con lo que le tocó.
El de edad quisiera ser un niño
y el rapaz se raspa sus pelusas en flor.
Los que tienen nada quieren algo,
los que tienen algo quieren todavía más.
Para pretender el mundo es largo,
para conformarse se ha inventado el jamás.
Un señor quisiera ser mujer
y una chica quiere ser señor.
Hasta Dios sueña que es un poder.
Y Mariana y Mariana y Mariana
quiere ser canción.
La tolerancia es la pasión de los inquisidores.
El buen ladrón quisiera no tener que robar.
Le deben al silencio la voz los ruiseñores.
La eternidad no es más que un truco
para continuar.
La libertad sólo es visible para quien la labra
y en lo prohibido brilla astuta la tentación.
Nacer a veces mata y ser feliz desgarra.
¿A quién acusaremos cuando triunfe el amor?
Un señor quisiera ser mujer
y una chica quiere ser señor.
Hasta Dios sueña que es un poder.
Y Mariana y Mariana y Mariana
quiere ser canción.
Ojalá, Silvio Rodríguez
Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal.
Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo.
Ojalá que la luna pueda salir sin tí.
Ojalá que la tierra no te bese los pasos.
Ojalá se te acabé la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá pase algo que te borre de pronto:
una luz cegadora, un disparo de nieve.
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte,
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones:
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones
Ojalá que la aurora no dé gritos que caigan en mi espalda.
Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz.
Ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado.
Ojalá que el deseo se vaya tras de tí,
a tu viejo gobierno de difuntos y flores.
para que no las puedas convertir en cristal.
Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo.
Ojalá que la luna pueda salir sin tí.
Ojalá que la tierra no te bese los pasos.
Ojalá se te acabé la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá pase algo que te borre de pronto:
una luz cegadora, un disparo de nieve.
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte,
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones:
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones
Ojalá que la aurora no dé gritos que caigan en mi espalda.
Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz.
Ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado.
Ojalá que el deseo se vaya tras de tí,
a tu viejo gobierno de difuntos y flores.
Silvio Rodríguez, Biografía
Silvio Rodríguez Domínguez
(San Antonio de Los Baños, Cuba, 29 de noviembre de 1946). Músico, poeta y cantautor cubano.
Exponente de la música cubana surgida con la revolución, Silvio es uno de los cantautores cubanos con más relevancia internacional. Junto con Pablo Milanés, Noel Nicola y otros músicos crearon el movimiento de la nueva trova cubana.
La niñez
Silvio Rodríguez Domínguez, hijo de Argelia y Dagoberto, nació el 29 de noviembre de 1946 en el pueblo de San Antonio de Los Baños (Cuba).
A los cinco años de nacer, su familia se trasladó a La Habana. A los siete recibió gratuitamente algunas clases de piano, gracias a Margarita Pérez Picó. Cuando el futuro cantautor contaba con diez años de edad, sus padres se divorciaron y la madre se lo llevó a él y a su hermana de regreso a su pueblo natal para retornar a La Habana en 1958, un mes antes del triunfo de la Revolución.
En 1960 integra las filas de la asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR).
En 1961 Silvio se inscribe en las milicias: la secundaria Carlos J Finlay. Participa en las campañas de alfabetización con la brigada Conrado Benítez en la Sierra Gavilán y Rancho Luna, ubicada en la actual provincia de Cienfuegos; posteriormente lo hace en la Ciénaga de Zapata y, al año siguiente, empieza a trabajar como dibujante de comics en el semanario Mella, donde Lázaro Fundora pone en sus manos por primera vez una guitarra. También en esos años conoce a Vicente Feliú.
Juventud
En 1962 hace estudio de piano durante algunos meses. Estudia pintura en la escuela San Alejandro.
En el mes de marzo de 1964, empezaría a cumplir el servicio militar obligatorio, donde comenzaría a tocar y componer canciones por las noches. De esa época son conocidas actualmente canciones como "El Viento Eres Tú", "Y Nada Más", "La Canción de la Trova" o "Quédate". También formaría un dúo con Luis López, quien tocaba la guitarra eléctrica. Pronto empezaría a escribir artículos periodísticos y poemas para distintas revistas.
En el año 1967 gana primera mención en el concurso literario de las FAR con su libro de poemas Horadado Cuaderno No. 1. En ese mismo año termina el servicio militar.
Al día siguiente de ser desmovilizado, Mario Roemu, padre de una amiga de Silvio, lo anima a presentarse en el programa de televisión Música y Estrellas, y le hace los arreglos de "Sueño del Colgado y el árbol" y "Quédate", las canciones que interpretaría. En esa época comienza a dar sus primeros recitales en solitario o como telonero de César Portillo de la Luz (autor del conocido bolero "Contigo en la Distancia". Posteriormente entró en la Casa de las Américas, organización cultural dirigida por Haydée Santamaría, donde coincidió con otros cantautores como Pablo Milanés o Noel Nicola.
Al morir el Che Guevara, Silvio compone con sonidos rockeros "La Era Está Pariendo un Corazón" y "Fusil contra Fusil", canciones que en 1968 se incluirían en el disco colectivo Hasta la Victoria Siempre. También comenzaría en aquella época a aparecer como artista principal en el programa de televisión Mientras Tanto, que a fin de año se retiró de antena después de que Silvio elogiase a Los Beatles. Al año siguiente, (1969), Rodríguez, luego de mucha insistencia, logró enrolarse como trabajador en el barco pesquero Playa Girón, y navega durante casi 5 meses por el Océano Atlántico y las costas africanas (haciendo escala en Gran Canaria y Lanzarote). Durante el transcurso del viaje compone un total de 62 canciones (muchas de ellas conocidas, como por ejemplo "Ojalá", "Playa Girón", "Boga Boga", "Jerusalén Año Cero", "Cuando Digo Futuro" o "Al Final de Este Viaje en la Vida" que muchos años más tarde se editarían en el libro Canciones del mar.
Cuando regresa del viaje en barco, el 28 de enero de 1970, se reincorpora al Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC (GESI) que se encargaría de grabar bandas sonoras de distintas películas y documentales cubanos. Recibe una emergente educación musical de la mano de maestros como el compositor y guitarrista Leo Brower, Juán Elósegui y el genial norteamericano Fred Smith. El GESI investigaría y fusionaría elementos de la música tradicional cubana y afroamericana, el rock, el jazz, la música clásica, la música electrónica, el happening, el fenómeno beat, entre otros, dando como resultado un sonido original. De esta época son algunas grabaciones como "Fusil Contra Fusil", "El Papalote", "Cuba Va" (rock compuesto para la película homónima del británico Felix Green, y cantado junto a sus coautores Pablo Milanés y Noel Nicola), "El Mayor" y "Granma" (una espectacular obra colectiva), "La Oveja Negra", "Si Tengo un Hermano", etc. Estas canciones serían editadas años más tarde en discos como los tres del GESI, Cuando digo futuro o Memorias.
En 1972 hace una gira por Alemania y Chile, donde actúa con Isabel Parra (hija de Violeta Parra. Ese año se celebraría en La Habana el Encuentro de Música Latinoamericana. A finales de año, el 1º de diciembre, Silvio, Pablo y otros nuevos cantautores cubanos, la mayoría vinculados al GESI (Noel Nicola, Eduardo Ramos, Augusto Blanca, Vicente Feliú, Lázaro García, Sara González, Pancho Amat, (tresero que años más tarde formaría parte de la banda de Juan Perro), etcétera, se unen para formar la Nueva Trova Cubana y se dedican a buscar a nuevos trovadores por toda la isla.
En 1974 se celebró en la República Dominicana el Festival Internacional de Cantautores Siete Días con el Pueblo, al cual asistió una delegación cubana compuesta por Silvio y por Noel Nicola. Otros artistas participantes de este evento fueron Mercedes Sosa, Ana Belén, Víctor Manuel, Pi de la Serra, Los Guaraguao, Danny Rivera, Roberto Darwin, Sonia Silvestre, Víctor Víctor, Guadalupe Trigo y Expresión Joven, entre otros. Fue la primera vez que Silvio cantó ante un estadio repleto.
En 1975 graba su primer LP Días y Flores con arreglos propios y el acompañamiento de los músicos del GESI y de la Orquesta EGREM. En la España de Franco este disco se tuvo que titular "Te Doy una Canción" debido a la prohibición de la canción que da título al disco y de "Santiago de Chile". Destacan los temas "Pequeña Serenata Diurna", con aires de bossa nova brasilero, "Yo Digo Que las Estrellas", y el surrealista "Sueño con Serpientes". Por entonces el uruguayo Daniel Viglietti grabaría su disco "Trópicos" con el GESI.
En 1976, Silvio, como muchos otros artistas cubanos, se alista como combatiente en las brigadas internacionalistas cubanas a la guerra de Angola. Contando con los artistas alistados, las Fuerzas Armadas crean una brigada cuya misión era llevar el arte a las trincheras. Tras hacer "Testamento" (luego grabado en el disco Rabo de Nube), marcha hacia ese país, donde compone entre otras "Canción Para Mi Soldado", "Pioneros" y "La Gaviota". Junto a Silvio iban Vicente Feliú, el mago José Alvarez Ayra y, durante un recorrido por el sur de Angola, el cuarteto Los Cañas.
A su regreso hace una gira por España, donde grabaría en dos sesiones de trabajo y acompañado sólo de su guitarra, el disco Al Final de Este Viaje donde cantaba algunas de sus primeras canciones (algunas de ellas ya grabadas con el GESI y editadas en discos recopilatorios), como "Ojalá", "La Era Está Pariendo un Corazón", "Canción del Elegido" y "Óleo de Mujer con Sombrero" (perteneciente a una tetralogía pictórica de la que sólo sería conocida este "Óleo...". Su siguiente disco, en 1979, también sería sólo con guitarra, se tituló Mujeres con temas como "Adónde Van", el humorístico "Cierta Historia de Amor" y "Qué Hago Ahora (¿Dónde Pongo lo Hallado?)".
En el verano de 1978 viajaría por primera vez a Estados Unidos, actuando junto a Pete Seeger, y luego a Dinamarca, a Noruega y a Suecia, donde sería llevado por el primer ministro Olof Palme a cantar a una reunión de los socialistas europeos. A partir de entonces empezaría a hacer giras por toda América Latina y España. En 1980 grabó Rabo de Nube I (aunque el segundo volumen jamás llegó a grabarse), donde combinaba elementos acústicos con teclados y sintetizadores. El disco incluía la colaboración de la hermana de Silvio, Anabel López, en "Te Amaré", y de Yanela Lojos en el arpa de "Rabo de Nube". El disco incluía además temas como "Vamos a Andar", "Fábula de los Tres Hermanos" y "Testamento", que termina con una curiosa coda instrumental. En 1981, durante un concierto en Zaragoza (España), la policía irrumpió en el escenario y desalojó el recinto usando gases lacrimógenos.
En los años ochenta "las fronteras se besan y se ponen ardientes"
En 1982 grabó Unicornio, que incluía la canción de mismo título que luego se convertiría en la posiblemente más famosa de Silvio. El disco, con una orquestación más rica que el anterior, incluía además la "Canción Urgente para Nicaragua", un homenaje a la revolución sandinista de 1979, "Por Quien Merece Amor", una crítica a EE.UU. y un canto a la solidaridad internacionalista cubana, "La Maza" (con ritmo de chacarera argentina) y otras canciones de temática diversa. En la gira estaría acompañado por Pablo Milanés y tres músicos más.
En 1983 colaboraría en el disco de Aute Entre amigos. Sus primeros conciertos en Argentina (1984), con la colaboración de músicos como León Gieco, Piero y Víctor Heredia sería editado luego en disco. En 1984 también grabó el multidisco Tríptico, acompañado por Frank Fernández, antiguos músicos del GESI, y las cuerdas de la Camerata Brindis de Salas, con colaboraciones como Anabel López, Pablo Milanés, Pancho Amat o el grupo Manguaré. En 1985 colaboraría en el disco Querido Pablo, donde el cantautor Pablo Milanés, en un disco producido por Víctor Manuel, daría un repaso a sus viejos temas con nuevos arreglos y con colaboraciones de viejos amigos cantautores y escritores...............................
En 1985, Silvio Rodríguez comenzaría una gira con el grupo Afrocuba, dirigido por Oriente López, y formado por 9 músicos. Con ellos grabaría en 1986 en los estudios Sonoland de Madrid el doble disco Causas y azares (con temas como "Sueño de una Noche de Verano", "Canción en Harapos", una crítica a la hipocresía y la comodidad "pequeñoburguesa" con la que él mismo se golpea, "Réquiem", una triste canción de desamor, "Te Conozco" con una bellísima coda instrumental y "No Hacen Falta Alas", estas dos últimas compuestas para la película "Como la Vida Misma", de Víctor casaus).
En 1988, entre Londres y La Habana, graba Oh Melancolía (también disco doble), con temas como el feminista "Eva", "Jerusalén Año Cero" (una reflexión sobre quién habrá sido Jesucristo, si es que existió), "En el Jardín de la Noche" (un homenaje a Arnaldo Tamayo, la Luna y a los viajes espaciales) y "El Extraño Caso de las Damas de África" (un tema de salsa bastante mal visto por los críticos). El segundo de estos discos fue considerado por algunos como demasiado comercial. Posteriormente, en 1990, Silvio haría gira con el mítico grupo cubano Irakere y el gran pianista Chucho Valdés. Tras la apertura democrática en Chile, Silvio viajaría con su grupo a ese país y daría un concierto en el Estadio Nacional de Santiago, ante 80.000 personas. De este concierto saldría un disco triple (y CD doble), en el que aparecerían temas no grabados en estudio como "Venga la Esperanza" o la bellísima "El Hombre Extraño" dedicada al cantautor Víctor Jara.
Terminando la década colabora con Carlos Alfonso y su grupo Síntesis publicando El Hombre Extraño, ocho composiciones de Silvio arregladas por Alfonso. Silvio Rodríguez participa en la interpretación del tema que da nombre al trabajo y haciendo coros en otras canciones. El Hombre Extraño fue publicado inicialmente como LP en Cuba y luego como disco compacto por una editorial francesa.
En 1992 hizo gira con Diákara (con músicos de Afrocuba e Irakere) y comenzaría a grabar un disco que aún no ha sido publicado. Por esa época empezaría a apoyar a músicos de la llamada Novísima Trova Cubana, como Carlos Varela; y colaboraría en discos de distintos artistas y grupos como Taller Canario.
Los años noventa, la trilogía, Silvio Rodríguez Domínguez
En 1992 hacía su aparición el disco Silvio, el primero de una trilogía (luego tetralogía, con Descartes) en principio sólo con guitarra. Le seguirían Rodríguez (1994) y Domínguez (1996). Esos discos con una gran aceptación entre el público, incluían temas como "Quien Fuera", "La Guitarra del Joven Soldado" (recordando su juventud), el swing "La Desilusión", "Escaramujo" (existe una bellísima versión del grupo coral cubano Vocal Sámpling), "Flores Nocturnas" (un canto a las prostitutas), "Desnuda y con Sombrilla" (un curioso tema erótico), "Ala de Colibrí", "Canción del Trovador Errante" (un tema totalmente hablado sobre un fondo electrónico), "Me Quieren" (un divertido tema sobre sus “enemigos”) o "Reino de Todavía" (sobre la situación actual entre Cuba y Estados Unidos). Esta trilogía casi sólo con guitarra (con pequeños toques de percusión manual y “natural” y tímidos elementos eléctricos en Domínguez, donde colaborarían su madre y su hermana Anabel), se vio completada con Descartes, de menor difusión, y con un sonido quizá demasiado monótono, que se salva gracias a temas como Rosana. En 1993 graba con Luis Eduardo Aute el disco en directo "Mano a Mano", y vuelven a hacer gira juntos a finales de los años noventa. A estas actuaciones siguió un largo periodo de ausencia de los escenarios, que el cantante ha venido justificando por su cansancio de la escena, y que ha sido roto con la nueva gira que comenzó en 2006 y que durante 2007 le lleva por diversos países de hispanoamérica y por España.
En 1999 editó junto con el guitarrista Rey Guerra el disco Mariposas, con la colaboración de la compañera de Silvio, Niurka González, que toca la flauta en dos temas. Disco sin el éxito de los anteriores, incluiría temas como "Olivia", "Viñeta" o "Sin Hijo ni Árbol ni Libro". Después de un periodo sin giras se puso manos a la obra para componer y arreglar su siguiente disco que sería orquestal. Expedición sería editado en el 2002, y en el participaron miembros de la Orquesta Nacional de Cuba, algunos de los músicos habituales en la discografía de Silvio (su hermana Anabel López, Pancho Amat, Niurka González, Yanela Lojos, etc.), estudiantes de música, y miembros de Diákara. Incluye temas como "Tiempo de Ser Fantasma", "Sortilegio", "Fronteras", "Anoche Fue la Orquesta" y el conmovedor y antiquísimo "Quédate".
En el siglo XXI
En 2003 edita el disco Cita con Ángeles, dedicado a su nieta nacida hacía poco, y donde también participa su mujer, la destacada flautista Niurka González. El disco tiene temas que hablan sobre la situación actual en el mundo, principalmente sobre el conflicto entre EE.UU. e Iraq.
En el 2006 edita Érase Que Se Era, un disco doble con temas compuestos entre los años 1968 y 1970 que en su gran mayoría no habían sido publicados anteriormente. Lleva a cabo una gira por diversos países latinoamericanos y España, con la compañía del trío de cuerdas Trovarroco, la percusión de Óliver Valdés y la flauta y el clarinete de Niurka González.
El 23 de febrero de 2007, recibió el grado de Doctor Honoris Causa por parte de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos "en mérito a su excelencia artística, que lo ha llevado a ser considerado uno de los mayores exponentes de la Nueva Trova Cubana".[1] Ésta es la más alta distinción académica que confiere esta casa superior de estudios, la de mayor antigüedad del continente americano.
Durante la gira de 2007, aprovechando su paso por República Dominicana, el artista gráfico dominicano Oscar Rodríguez, realizó una exposición gráfica basada en la obra de Silvio y como homenaje a este distinguido artista. Durante esta gira, tras tocar en la ciudad de Santiago de Chile debía realizar otro recital en la ciudad de Talca, pero el mismo día en que debía tocar (jueves 9 de marzo) decidió cancelar la presentación debido según el comunicado a su disconformidad con el alto precio de las entradas; a modo de compensación, el cantautor volvió para presentarse gratuitamente en Talca el domingo 2 de diciembre.
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Biografía,
Silvio Rodríguez
lunes, 1 de febrero de 2010
Amigos mios me enamore, Gian Franco Pagliaro
para tí maria, las dos versiones y la letra de la canción.
Amigos mios me enamore, Gian Franco Pagliaro
Amigos mios me enamore
creo que al fin me enamore
sucede que encontre el amor
y francamednte es lo mejor que me ha podido suceder
no me pregunte como fue
porque yo mismo no lo se
pero si lo quieren saber, les dire que fue sin querer
que sin querer me enamore
al diablo con la soledad
no me hablen de la libertad
la libertad no es caminar
sin rumbo por cualquier lugar
aquel que nunca supo amar
no sabe que puede volar
y ser mas libre que un gorrion
volando con su corazon
amigos mios me enamore
por fin me espera una mujer
una mujer con quien soñar
y compartir el ancho mar del porvenir
me enamore, me enamore
pero jamas olvidare
que fue hermoso vagabundear
y mas hermos trasnochar en un billar o en un cafe
pero ahora con mi mujer
comprenderan tendre que hacer de ver el sol, cuidar la flor
blanquer la noche, hablar de amor ir a la luna y regresar
al diablo con la soledad
no me hablen de la libertad
la libertad no es caminar
sin rumbo por cualquier lugar
aquel que nunca supo amar
no sabe que puede volar
y ser mas libre que un gorrion
volando con su corazon
amigos mios me enamore
por fin me espera una mujer
una mujer con quien soñar
y compartir el ancho mar del porvenir
amigos mios me enamore
por fin me espera una mujer
una mujer con quien soñar
y compartir el ancho mar
creo que al fin me enamore
sucede que encontre el amor
y francamednte es lo mejor que me ha podido suceder
no me pregunte como fue
porque yo mismo no lo se
pero si lo quieren saber, les dire que fue sin querer
que sin querer me enamore
al diablo con la soledad
no me hablen de la libertad
la libertad no es caminar
sin rumbo por cualquier lugar
aquel que nunca supo amar
no sabe que puede volar
y ser mas libre que un gorrion
volando con su corazon
amigos mios me enamore
por fin me espera una mujer
una mujer con quien soñar
y compartir el ancho mar del porvenir
me enamore, me enamore
pero jamas olvidare
que fue hermoso vagabundear
y mas hermos trasnochar en un billar o en un cafe
pero ahora con mi mujer
comprenderan tendre que hacer de ver el sol, cuidar la flor
blanquer la noche, hablar de amor ir a la luna y regresar
al diablo con la soledad
no me hablen de la libertad
la libertad no es caminar
sin rumbo por cualquier lugar
aquel que nunca supo amar
no sabe que puede volar
y ser mas libre que un gorrion
volando con su corazon
amigos mios me enamore
por fin me espera una mujer
una mujer con quien soñar
y compartir el ancho mar del porvenir
amigos mios me enamore
por fin me espera una mujer
una mujer con quien soñar
y compartir el ancho mar
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Gian Franco Pagliaro,
poemas
Amigos mios me enamore, Jairo
Jairo, uno de los mejores cantantes argentinos de todos los tiempos, si bien gran parte de su carrera se desarrollo en España
Yo fui..., Luis Cernuda
Yo fui.
Columna ardiente, luna de primavera.
Mar dorado, ojos grandes.
Busqué lo que pensaba;
pensé, como al amanecer en sueño lánguido,
lo que pinta el deseo en días adolescentes.
Canté, subí,
fui luz un día
arrastrado en la llama.
Como un golpe de viento
que deshace la sombra,
caí en lo negro,
en el mundo insaciable.
He sido.
Columna ardiente, luna de primavera.
Mar dorado, ojos grandes.
Busqué lo que pensaba;
pensé, como al amanecer en sueño lánguido,
lo que pinta el deseo en días adolescentes.
Canté, subí,
fui luz un día
arrastrado en la llama.
Como un golpe de viento
que deshace la sombra,
caí en lo negro,
en el mundo insaciable.
He sido.
Si el hombre pudiera decir lo que ama..., Luis Cernuda
Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.
Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.
Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.
Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.
Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
Contigo, Luis Cernuda
¿Mi tierra?
Mi tierra eres tú.
¿Mi gente?
Mi gente eres tú.
El destierro y la muerte
para mi están adonde
no estés tú.
¿Y mi vida?
Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú?
Mi tierra eres tú.
¿Mi gente?
Mi gente eres tú.
El destierro y la muerte
para mi están adonde
no estés tú.
¿Y mi vida?
Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú?
Amando en el tiempo, Luis Cernuda
El tiempo, insinuándose en tu cuerpo,
tal la nube de polvo en fuente pura,
aquella gracia antigua desordena
y clava en mí una pena silenciosa.
Otros antes que yo vieron un' día,
y otros luego verán, cómo decir
la amada forma esbelta, recordando
de cuánta gloria es cifra un cuerpo hermoso.
Pero la vida sólo la aprendemos,
y placer y dolor se ofrecen siempre
tal mundo virgen para cada hombre.
Así mi pena inculta es nueva ahora.
Nueva como lo fuese al primer hombre,
que cayó con su amor del paraíso
cuando viera, tal cielo ya vencido
por sombra, envejecer el cuerpo amado.
tal la nube de polvo en fuente pura,
aquella gracia antigua desordena
y clava en mí una pena silenciosa.
Otros antes que yo vieron un' día,
y otros luego verán, cómo decir
la amada forma esbelta, recordando
de cuánta gloria es cifra un cuerpo hermoso.
Pero la vida sólo la aprendemos,
y placer y dolor se ofrecen siempre
tal mundo virgen para cada hombre.
Así mi pena inculta es nueva ahora.
Nueva como lo fuese al primer hombre,
que cayó con su amor del paraíso
cuando viera, tal cielo ya vencido
por sombra, envejecer el cuerpo amado.
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