Mía será su flor de primavera
cuando en mis brazos amanezca el día,
y se cimbre su talle en mi alquería
como un lirio de nieve en la pradera.
De mí será su negra cabellera,
su pecho erecto que mis besos pía,
su pudor que se rinde a mi porfía
y el repique nupcial de su cadera.
Mía será su mística figura
que la paloma del amor zurea,
y sobre un lienzo de Rafael fulgura.
Mías serán su gracia y su alegría,
y por los siglos de los siglos sea
en cuerpo y alma para siempre mía.
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