Soy tu cántaro
de agua mansa y cristalina
donde vienes a saciar tu sed
y olvidar tus penas.
Soy tu lugar
de reflexión, duda, dicha,
angustia, temor, esperanza,
donde la mano tendida
siempre estará.
Soy el rincón
de las cosas simples
y triviales,
aquellas de todos los días
donde la vida
adquiere realmente sentido.
Soy tu delirio
y el mío,
juntos,
donde por las noches
sale el sol
y por el día
la luna y las estrellas.
Soy la lluvia
que cae en tu tierra,
incesantemente,
sin cansancio,
buscando tu corazón.
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