domingo, 25 de abril de 2010

Poema de amor, Guillermo Ibáñez

I



Por vos que sos
como brisa de mediodía
compañía de guitarra
silencio de ocaso
como culminación de rito sagrado
constelación que abarca el universo
sombra y agua para el caminante del desierto
vestal en los corredores del infierno
ángel entre las nubes del cielo
que sos como un pequeño río
sin profundidades ni turbulencias
fugaz en la presencia de la piel
eviterna en todas las memorias
aún en aquella de mi muerte
y camino inaugural de la esperanza,



II



Por vos con suspiros de último adios
ligereza de ave y paso de puntillas
mirada de simpatía y de felino
al borde de abalanzarse sobre su presa
con sueños de pájaros y paisajes
temblor de piel vibrátil y sensible
espacio para el mundo en el corazón
y despertar de caricias sobre todos
con cuerpo de ninfa del aire
mirada de amanecer eterno
música de piano en salón barroco
y movimientos de baile como figura de Degas
con manos de viento, de terneza, de refugio
con destino de agua
en el cuenco de las manos de un sediento,



III



con ojos como ilusión de oasis
en la desesperanza de los años
ojos de llamas voraces
cuando iluminas el cuarto
y te derramas hacia mi espera
cuando me atraes con su brillo
y me encierras en tu nombre
ojos como laberintos en los que me interno
aún sabiendo que ninguna Ariadna
quedó con un ovillo para el regreso
porque perderse en vos
es como hallarse a uno mismo
en esa instancia suprema
que alguna vez en la vida
nos ofrece el amor,



IV



Con sexo de gozo y de tormento
sexo de crepúsculo y averno
donde pueda extraviarse
ese caminante innominado de mis días
sexo de periplo desconocido
donde pueda ser
el nuevo argonauta
con mi nave palpitante
sexo memorable
en el presidio del olvido
sexo de elegía después de devorarme
con sexo de flor y de locura
con sexo de fragua perfecta
para procrear
un nuevo humano sin angustias,



V



Con voz de resonancia
en los niveles del aire
voz de calma y de arrullo
voz de brisa
entre las hojas de los árboles
voz de susurro
en la oquedad de la espera
voz de confesión y de plegaria
voz de agua
contra las rocas de la orilla
con voz de grito de libertad
en el exilio de la palabra
y con silencio
de encadenada amante
al que te ama,



VI



Con cuerpo de gaviota
tendida sobre el viento
cuerpo de Venus
henchido como un velámen
cuerpo de espuma
deslizado suavemente por la arena

cuerpo con huellas de uñas
y desesperación
con marcas de manos
aferradas a la realidad de tu forma
con cuerpo de misterios ocultos
y de piedra angular de la vida
con cuerpo de nacimiento y de fruto
con cuerpo de eterno furor
en las manos de mi primera demencia.

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